Desde que el lobo, de la mano del Doctor Rodríguez de la Fuente, protagonizara los grandes documentales sobre la fauna ibérica. Premios internacionales colocaban al carnívoro español en posición de competir con los documentales sobre los leones africanos o los osos de Alaska. La gran labor conservacionista del Doctor Rodríguez de la Fuente ayudó sin ninguna duda a que la visión popular del lobo diera un giro de 180 grados hacia su protección.

Un cuerpo celeste impacta en Júpiter y deja un cráter del tamaño de la Tierra

El Año de la Astronomía está dando mucho juego: el eclipse solar total, con sus influencias, y ahora esta sorprendente noticia:

Un cuerpo cósmico, probablemente un cometa, impactó recientemente en la superficie de Júpiter, dejando un cráter del tamaño de la Tierra. La historia de como se descubrió el impacto es curiosa y recurrente: un astrónomo aficionado, Anthony Wesley, fue el que lo comunicó a la Nasa, que inmediatamente lo constató por medio de su telescopio en Mauna Kea, en Hawai.

La verdad es que es sorprendente como a la Nasa se le “escapó” un meteorito de ése tamaño… Si algo así hubiera esquivado Júpiter y se hubiera dirigido a la Tierra, hubiéramos tenido sólo semanas o meses para prepararnos…O, más bien, para despedirnos de los seres queridos.

Wesley, el informático que casualmente estaba mirando a Júpiter en el momento adecuado, comentó que en un principio le pareció “una tormenta polar”, pero a medida que el planeta giraba se dio cuenta de que había un punto negro. Los telescopios de la Nasa detectaron incluso escombros y brillo en el centro del cráter.

Júpiter es frecuentemente golpeado por meteoritos debido a su gran campo gravitatorio, que impide que estos cuerpos lleguen a planetas como por ejemplo la Tierra: no obstante, hay una sincronicidad curiosa relacionada con la novela “2010, una odisea del espacio” de Arthur C. Clarke, que comienza precisamente con una mancha misteriosa en Júpiter en el 2010…

Como podemos ver en la magnífica adaptación cinematográfica de Peter Hyams, ( aunque no llega a la poesía de la anterior 2001 una odisea del espacio), quizá otro tipo de contactos no estén tan lejos como pensamos.

Lo que también llama la atención de éste impacto es lo inesperado del mismo. Tenemos múltiples telescopios enfocados “ahí fuera”, mirando y enfocando a todos los planetas del sistema solar, nuestros vecinos: y no somos capaces de detectar algo que si llega a caer en la Tierra hubiera destruido la vida sobre el planeta.

Obviamente, el tamaño de Júpiter hace que sea complicado detectar según qué cosas, pero es estremecedor saber lo indefensos que podemos estar en el universo…

No sólo eso: si una amenaza de este calibre se viera venir, es decir, si el dichoso meteorito hubiera seguido camino hacia nosotros, no habría habido nada que hacer: la Humanidad no ha previsto nada a nivel tecnológico para lidiar con una amenaza de éste calibre.

Seguramente, porque algo así necesitaría un acuerdo previo global de todo el planeta. Una decisión como

1 comentarios:

Io dijo...

Qué miedo, no?

Tanta tecnología y se nos escapa algo así?

Qué poquita cosa somos. Sólo haría falta un pedrusco del tamaño adecuado para acabar con todos nosotros. Me da escalofrios sólo de pensarlo.

La entrada es estupenda, aunque me ha puesto los pelos de punta :D

Menos mal que Júpiter sigue ahí...

Besos.

 
 
 
 
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